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Diana León Banda
Publicado el
23 ene. 2023
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Schiaparelli lleva el infierno de Dante al Petit Palais

Traducido por
Diana León Banda
Publicado el
23 ene. 2023

Qué bien sienta estar de vuelta en París, especialmente en Schiaparelli, donde Daniel Roseberry inauguró esta semana la temporada de Alta Costura con un sensacional desfile dantesco en el Petit Palais el lunes por la mañana.


Schiaparelli - Alta Costura - Primavera-Verano 2024 - FN


Tras seis días de colecciones masculinas, en las que muchas marcas vistieron gratuitamente a estrellas del K-pop e influencers, fue refrescante ver a decenas de clientes de buena fe sentados con orgullo en sillas doradas Luis XIV con todas sus galas de Schiaparelli.
 
No es que este desfile careciera de estrellas: Kylie Jenner provocó el frenesí de los paparazzi cuando entró vestida con un modelo de la colección actual, un vestido negro rematado con una cabeza de león increíblemente realista. Realizado en resina y piel sintética, al igual que otras fantasías animales que también desfilaron en este gran show.

Diane Kruger se unió a Marisa Berenson en la primera fila, junto a Philippine Leroy-Beaulieu, de Emily in Paris, y el estilista Law Roach, aunque la mayor sensación la causó Doja Cat, que se pavoneó con un bustier rojo pecaminoso, falda burbuja y botas, con los hombros, los brazos y toda la cabeza cubiertos de pintura y lentejuelas a juego.


Doja Cat y el diseñador de Schiaparelli,Daniel Roseberry, en el show de Alta Costura primavera- verano 2023 en París - FN


La colección primavera-verano 2023 de Roseberry se inspira en Dante y la Divina Comedia.
 
"Es una comedia y no una tragedia, así que no quería oscuridad, sino una sensación positiva, bella y cálida. Tener la sensación de que había luz al final del túnel", sonrió Roseberry, antes de recibir los aplausos de Olivier Rousteing, que se unió a su colega Ludovic de Saint Sernin en primera fila.
 
El desfile comenzó en blanco y negro, con un corpiño con incrustaciones de conchas sobre un pantalón negro de jersey, adornado con unos pendientes triangulares de latón dorado, los mismos que las codiciadas invitaciones del desfile.
 
En varias ocasiones, Roseberry hizo referencia a la forma del frasco de la fragancia Shocking, emblemática de la casa, primero con un corsé de terciopelo elástico y después con una chaqueta blanca de sastrería rematada con una serpiente de resina negra en el cuello.
 
Roseberry cortó con una bravura abandonada abrigos acolchados en forma de reloj de arena extremadamente regios y atados completamente por detrás; boleros radicales acabados con pompones de mohair; y una blusa de guipur pintada a mano con un gran cuello digno de Catalina de Médicis.
 
Además, la afición del modisto de origen estadounidense por los adorados sujetadores cónicos de Schiaparelli quedó patente en un sublime vestido columna de lentejuelas metálicas beige, rematado con piercings de latón y cristal facetado a mano.
 
En este desfile, decenas de clientas lucieron sujetadores cónicos en abrigos y chaquetas, todas ellas admiradas por la audacia de Roseberry.
 
"Es la idea de que para llegar al paraíso hay que pasar por el infierno. Dante llegó al Infierno en mitad de su vida, y me encantó que todos los animales representaran cada uno un vicio diferente", explicó Roseberry, antes de hacer una pausa para abrazar a Jenner.
 
"Fue magnífico. Lo quiero todo!", opinó Kylie.
 
A continuación, el show se disparó con un impresionante cóctel de leopardo de las nieves de lana y seda pintado a mano, de nuevo con una cabeza de resina hiperrealista, que lució la veterana supermodelo Shalom Harlow. 
 
Más tarde, Irina Shayk apareció con un vestido de terciopelo negro que lucía una cabeza de león gigante de resina, mientras que Naomi Campbell volvió a acaparar la atención con una cabeza de lobo de resina negra que sobresalía de un abrigo de piel sintética. El leopardo, el león y el lobo taxidermizados representaban respectivamente la lujuria, el orgullo y la avaricia.
 
En una colección titulada Inferno, el descenso a los infiernos de Dante se reflejaba en una falda de satén ceñida al cuerpo y rematada con un extraordinario plastrón de marquetería de madera de Ceylan. Los momentos de pesadilla del poema de 14 233 versos se evocaron con una máscara de latón martillado hecha a mano al estilo Picasso, que la modelo lució con aplomo en una impresionante actuación; y un momento Goldfinger en el que la modelo llevaba pantalones de esmoquin negros, mientras que su torso estaba simplemente rociado en oro.
 
Entretanto, trajes de pantalón con rayas de tiza al estilo gánster Mr Pearl y esmóquines Shocking fueron más sobrios, pero adecuadamente surrealistas.
 
Todo ello culminó con un gran remix de Diana Ross a cargo de Lullabies & Lullabies, y un gran aplauso al final, cuando Roseberry dio una larga vuelta por la pasarela, antes de bajar corriendo a su sótano entre bastidores. Anna Wintour encabezó la comitiva para felicitar al estadounidense por un triunfo en toda regla.
 
"Con Schiaparelli quiero mantener esta idea de que la gente no sabe lo que va a experimentar cuando viene a nuestro desfile", concluyó el modisto.
 

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