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16 feb. 2011
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Más de 18.000 trabajadores del sector textil secundan la huelga para reclamar mejores condiciones laborales

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Europa Press
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16 feb. 2011

EL CAIRO, 16 (Reuters/EP) - Más de 18.000 trabajadores egipcios del sector textil han secundado este miércoles la huelga para protestar por sus condiciones económicas y laborales, según han informado líderes empresariales, que han advertido de que el cierre de los bancos y los paros están reduciendo el nivel de producción en Egipto.




El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que dirige el país árabe, ha recortado las previsiones de crecimiento económico y, el pasado lunes, reclamó a los ciudadanos que no participasen en huelgas, apelando a su sentido del deber nacional.

El Ejército mantiene que la continuidad de los paros tendrá consecuencias desastrosas en la economía egipcia pero los sindicatos, animados por la caída del presidente, Hosni Mubarak, el pasado 11 de febrero, continúan presionando para que se cumplan sus exigencias.

En la compañía estatal textil Misr más de 12.000 trabajadores han secundado la huelga este miércoles, mientras que en la ciudad costera de Damietta unos 6.000 empleados no han acudido a trabajar. La huelga también ha afectado al tráfico aéreo. En el aeropuerto internacional de El Cairo han sido cancelados once vuelos y los agentes de aduanas y el personal de mantenimiento ha tenido que reforzar actividad.

Autoridades aeroportuarias han explicado que el objetivo de la huelga es reclamar mejoras en servicios sanitarios, de transporte y otros beneficios laborales.

En los sectores que no han resultado afectados por la huelga, la decisión del Banco Central egipcio de mantener sus sucursales cerradas ha obligado a las empresas a reducir su producción porque los clientes no pueden afrontar los pagos de las mercancías.

La inestabilidad política en el país árabe ha provocado que muchos empresarios que compran productos industriales hayan tenido que cerrar sus negocios, según ha explicado el director gerente de la Cámara de Industria Metalúrgica, Mohamed Said Hanfy.

Hanfy ha informado de que los miembros de su organización, que integra a las empresas líderes del sector industrial primario, se han visto obligados a trabajar a entre un 20 y 50 por ciento de su capacidad y han tenido que contratar seguridad adicional para proteger las mercancías que acumulan.

"Cuando los bancos abran otra vez, creo que el grado de operatividad se elevará hasta el 50 o el 60 por ciento", ha explicado Reuters. "Hasta que la seguridad no sea garantizada y la Policía controle todo, mucha gente tendrá miedo a ir a trabajar", ha añadido.

Los productores de alimentos y textiles también están sufriendo paros y, en algunos casos, han tenido que enviar a sus trabajadores a sus hogares por el miedo a que los paros se generalicen. Empresas como la fabricante de cerámica Lecico incluso han secundado la huelga y se han plegado a las exigencias de los sindicatos.

La empresa textil Arafa ha cerrado sus plantas en el barrio de Tenth, en la ciudad de Ramadán, después de que un cuarto de sus empleados secundaran la huelga. "La manifestación ha sido absolutamente pacífica", ha explicado el jefe financiero de la firma, Ahmed Kamal Selim, antes de señalar que su empresa está "revisando" las exigencias de los trabajadores. "Algunas serán satisfechas pero otras necesitamos estudiarlas", ha añadido.

Selim ha indicado que la huelga tendrá algún impacto en sus resultados económicos pero lo ha minusvalorado al señalar que entre cinco y siete días de detención de la producción no tendrá graves consecuencias en una firma que opera 320 días al año.

Por su parte, la compañía de cementos Sinaí ha señalado que sus ganancias podrían verse afectadas por el cierre de los bancos, mientras que la empresa del mismo sector ASEC ha afirmado que sus contratistas están teniendo problemas por la huelga y esa circunstancia está afectando a su calendario de producción.

"Si la huelga dura un día o dos no afectará pero si dura diez días o más es preocupante", ha estimado el analista financiero Israa Gabr. "Hasta ahora no sabemos el efecto en las ganancias. Debería estar claro en dos semanas", ha añadido.

Hanfy ha incidido en que el Ejército debería dirigirse a los ciudadanos con "un lenguaje más fuerte" para que pongan fin a la huelga. "Muchos de ellos no tienen ningún problema pero quieren captar la oportunidad que supone la situación política actual", ha dicho en una reunión de la asociación industrial del metal.

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