Madrid - La diseñadora mexicana Lorena Saravia puso el acento internacional a EGO, la plataforma de jóvenes creadores de la pasarela madrileña, con una colección dirigida a una "mujer todoterreno" que exige prendas "para ir guapa desde por la mañana, hasta por la noche".

Así ha descrito a Efe Estilo la creadora mexicana una colección que ha subido a la pasarela transformada en piezas de "siluetas asimétricas, con corte sencillos, pero muy detallados", ha explicado Saravia, muy satisfecha con participar en la Mercedes Benz Fashion Week Madrid, que hoy echa el cierre a su 58 edición.

El objetivo de su colección es, sin rodeos, "vender", ya que tiene claro que un "buen 'bussiness' plan" es lo que le permitirá seguir haciendo "moda", lo que verdaderamente le gusta.

La paleta de colores de la creadora está dominada por el binomio blanco-negro -una constante de su colecciones- y aderezado la próxima temporada con el rojo magenta y el azul acero.

Durante la última jornada, la decena de los jóvenes diseñadores inscritos en el EGO han mostrado una amalgama de tendencias que tratarán de conquistar el armario de la próxima temporada.

Uno de las propuestas más singulares ha sido la de Eva Soto, una diseñadora gallega que ha puesto el broche de oro con una propuesta de vestidos de alta costura, construidos a partir de patrones imposibles de sinuosa geometría.

"Detrás hay mucho trabajo de matemáticas y de patrón. Equivocarme un milímetro era volver a empezar de nuevo", ha asegurado la diseñadora poco antes de un desfile.

Una de las piezas más elaboradas ha sido un majestuoso y rígido vestido palabra de honor hecho con más de 30 metro de tela, que ella misma ha cortado en tiras y ha trenzado hasta conseguir una pieza formada por 8.000 nudos.

Minuciosas jaretas y perfectos pliegues que emulan el arte del "origami" forman las piezas de una creadora que entiende "la moda como si fuera arte".

Tras cinco jornadas dominadas por el afán comercial de veteranos y jóvenes de la pasarela madrileña, la propuesta de esta joven creadora gallega han sentado como un bálsamo de aceite ante una pasarela plana en esta 58 edición.

Por la mañana daba el pistoletazo de salida el discurso andrógino y urbano de Manémané, seguido por el giro hacia los años noventa de Herida de Gato, a manos de Jacobo Salvador y María Rosenfeldt.

Diego Estrada, primerizo en la pasarela, ha optado en cambio por una propuesta de siluetas sencillas y rectas, estructurado en torno al coral, el amarillo canario, el azul petróleo y el blanco roto. Cuatro pilares que han sustentado un juego de piezas clásicas, que proponen una mujer bohemia y sofisticada.

Un estilo en dirección totalmente contrario al "rockabilly" de la firma Lady Cacahuete, otra novedad del calendario, que ha alegrado la pasarela con su colección inspirada en los años cincuenta y bautizada como "Cóctel".

"El objetivo es resaltar las curvas del cuerpo femenino, con cortes a la cintura y el juego de transparencias", ha desgranado la diseñadora.

En un tono más oscuro se ha movido la firma Víctor Von Schwarz, que ha subido a la pasarela una colección inspirada en el manga japonés con deje infantil, protagonizada por los estilismos urbanos de piezas en rojo bermellón y como no, en negro.

La guinda final la ha puesto la diseñadora Pepa Salazar, que ha obtenido por segundo año consecutivo el Premio Mercedes Benz-Fashion Talent a la mejor colección del EGO y que recientemente presentó su colección en la pasarela mexicana como diseñadora invitada.

Inspirada en torno al nudo, la diseñadora valenciana ha introducido en su propuesta para la próxima temporada una serie de tejidos tecnológicos y plásticos, en tonos blanco, rojo y negro que imprimen un "carácter vibrante" a su propuesta".