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Ana Ibáñez
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30 ago. 2022
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La Organización Internacional del Trabajo alerta sobre el destino de los sindicatos locales en Birmania

Traducido por
Ana Ibáñez
Publicado el
30 ago. 2022

Un informe de la ONG Business & Human Rights Resources Centre alertó ya en julio de los abusos que sufren los trabajadores del sector textil que producen para grandes marcas desde el golpe de Estado de 2021. La Organización Internacional del Trabajo, dependiente de la ONU, da ahora la voz de alarma sobre la persecución que sufren los sindicatos y la sociedad civil en general.


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En un informe de 12 páginas, la OIT examina los cambios producidos desde que las autoridades declarasen ilegales 16 sindicatos y organizaciones de la sociedad civil. Estructuras cuyos miembros son ahora objeto de amenazas, acoso y detenciones. Los anteriores avances en materia de condiciones laborales y salariales están retrocediendo bajo el gobierno de un Ministerio de Trabajo dirigido ahora por antiguos militares.

La OIT señaló que la reacción tardía de las organizaciones internacionales, que en un momento dado esperaban la vuelta al régimen democrático, ha dificultado la financiación de los sindicatos locales sin poner en peligro a sus representantes locales. El informe de Bhrrc indicaba el robo de salarios, las horas extras obligatorias, la violencia y las ejecuciones introducidas por la junta en la industria textil local. El informe de la OIT, por su parte, hace referencia a la difícil situación de los 4,25 millones de trabajadores inmigrantes de Birmania, que son la columna vertebral de la economía local.

"Las organizaciones internacionales tienen que aumentar significativamente la flexibilidad y la capacidad de respuesta de apoyo para contrarrestar esta amenaza existencial para el espacio cívico y la organización de los trabajadores en Birmania", afirmó la OIT.

"Las políticas rígidas e insensibles al conflicto que no responden adecuadamente a las necesidades de sus socios sobre el terreno conducirán casi con toda seguridad a una pérdida devastadora de las organizaciones de base. Ha llegado el momento de que la comunidad internacional muestre su solidaridad con las organizaciones que siguen luchando por los derechos de los trabajadores en Birmania", agregó.

La organización formuló 13 recomendaciones. Entre ellas, la financiación de las organizaciones sindicales y la seguridad de sus miembros. El organismo también pide que se reduzcan los requisitos previos habituales para garantizar que las remesas de fondos se utilicen para el fin previsto, y que se ofrezca formación y apoyo técnico a las organizaciones locales.

Se estima que un 65 % de las exportaciones de Birmania son productos textiles y de confección. Se calcula que este sector emplea a 1,5 millones de trabajadores locales. Aprovechando el aumento de los salarios chinos a finales de la década de 2000, el país se industrializó rápidamente hasta convertirse en uno de los diez principales proveedores de ropa de la Unión Europea, y está a punto de entrar en ese "top ten" en cuanto a importaciones de ropa estadounidense.

Ante la situación en Birmania, la ACT (Association for Contract Textiles), una coalición de contratistas, fabricantes y sindicatos, anunció el pasado diciembre que suspendería sus actividades allí. Esta decisión se tomó después de que el sindicato internacional IndustriAll, firmante, indicara que ya no podía operar libremente en el país desde el golpe militar del 1 de febrero.

En julio, Bhrrc denunció casos de violaciones de los derechos humanos en proveedores de Adidas, C&A, Fast Retailing (Uniqlo), Guess, New Look, Next, Matalan y Primark. Pero también en los de Bestseller, Inditex (Zara y Bershka), H&M y Lidl, cuyos proveedores acumulan el mayor número de denuncias.

 

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