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La Alta Joyería actualiza en París sus centenarios íconos

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EFE
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25 ene. 2019

Doscientos años después de su muerte, Josefina Bonaparte vuelve a ser la inspiración de la firma Chaumet, que en su línea de Alta Joyería, presentada este jueves en París, actualizó sus piezas más icónicas, mientras que Chanel retomó la camelia, flor simbólica para Gabrielle Chanel desde los años veinte.


Chaumet


En Chaumet, un centenar de piezas únicas reproducen las joyas favoritas de la emperatriz para la que la firma creó sus primeras creaciones convirtiéndose en la primera "influencer" de la marca, como se diría ahora.

Su gusto por las diademas y las piedras de excepción se tradujo en esta colección, donde la procedencia y las cualidades del mineral cuentan tanto como la joya en su conjunto: desde rugosas esmeraldas de Colombia hasta rubíes color sangre de pichón de Mozambique, que decoran el collar más caro, de 2,5 millones de euros.

Ahora que la clientela vuelve a pedir las clásicas perlas, la casa joyera de la plaza Vendôme utilizó unas de cultivo procedentes de Japón pero también otras naturales que, por la dificultad de su obtención, han sido directamente recuperadas de antiguas creaciones.

La marca revisa las diademas de Josefina con una quincena de modelos sencillos de aspecto "vintage" y propone pequeños pendientes colgantes, con una piedra de diamante y otra de zafiro.

La muestra tuvo lugar como es habitual durante la última jornada de las presentaciones de Alta Costura, dentro de la tienda de Chaumet del bulevar de Saint-Germain de París.

Este espacio acogerá a partir de febrero y durante un año exhibiciones abiertas al público.

La primera, a partir del 22 de febrero, explorará la relación de Chaumet con grandes literatos, como Honoré de Balzac, Alexandre Dumas o Colette.


Chanel


En Chanel, cuyas creaciones joyeras siempre giran en torno a las pasiones y el carácter de la fundadora de la casa, la flor de camelia blanca inspiró la línea.

Ella la adoraba por su simplicidad: sin perfume y sin espinas, representaba la sobriedad que le faltaba a la rosa; y adoraba de ella su forma redonda, casi geométrica.

La firma ha pasado revista a esta planta en varias ocasiones, por lo que pasó de ser un broche de contraste en el vestidito negro que creó Chanel, a un motivo frecuente de estampado en las últimas colecciones de ropa y joyas.

Esta vez, decoró una serie de 50 piezas de Alta Joyería, de las cuales 23 pueden ser transformadas: diamantes, zafiros rosas y rubíes dan forma a collares con finas cadenas de las que se puede retirar la camelia para llevarla como broche o para formar un anillo.

"Mis joyas son ligeras y desmontables. El adorno puede ser retirado y usado en sombreros o pieles. Así, un adorno ya no es una cosa inmutable. La vida lo transforma y lo somete a sus necesidades", solía decir la creadora.

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