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Kenzo celebra una despedida brillante al ritmo de Solange
El desfile del domingo en París bajaba el telón del reinado de Carol Lim y Humberto Leon en Kenzo, aunque realmente lo subió. Unas 5000 personas acudieron a Bercy, la sala de conciertos donde actúan grupos como U2 o Bruce Springsteen. Por un lado, 500 editores y compradores, antes de que una cortina gigantesca de acorazados y formaciones rocosas se levantara repentinamente hacia el techo dejando al descubierto al resto del público en el lado opuesto; provocando una exclamación de sorpresa colectiva.
Es posible que Lim y Leon tengan fama de crear desfiles más estimulantes que sus colecciones, pero hay famas peores. Resulta que su última colección fue una declaración de moda extremadamente directa, un recordatorio oportuno de que, cuando se trata de detectar tendencias, pocos diseñadores los superan.
Para hombres, destacaba la ropa deportiva color block con mezclas de algodón, tela de camiseta y tejidos técnicos, combinados con zapatillas a juego. También se vieron sobre la pasarela los pantalones ikat y las chaquetas judogi.
Un desfile compuesto por dos mitades. La última de ellas exclusiva para mujeres, con elegantes botas hasta el muslo de satén suave o neopreno. Estas estuvieron combinadas con pantalones cargo cortos y camisetas técnicas con fibras metálicas o camisetas con volantes de flamenco. Y, en una temporada de perlas, cientos de ellas estuvieron bordadas en varios estilismos, inspirados en las buceadoras japonesas Ama.
Para la noche, modelos con extensiones de pelo de metro y medio lucían grandes vestidos literarios con incrustaciones de perlas.
Todo acompañado por una brillante actuación en solitario de Solange, a quien después se unió una sección de viento compuesta por 11 brillantes músicos de jazz.
"Ha sido estupendo, y quién sabe, quizás volvamos antes de lo que pensáis", sonrió Leon, que volverá a Nueva York para concentrarse en su famosa cadena de tiendas, Opening Ceremony. Parece un gran tercer acto.
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