El reto de ser diseñador de moda en México pasa por la rentabilidad

Por:

Alicia Mares

Publicado el
15 feb. 2019

Los jóvenes diseñadores de moda en México pueden ser muchos, pero eso no significa que todos ellos llegarán a dirigir un negocio exitoso. Según el reciente análisis de Moda Emprende, congreso que busca fomentar la cultura del emprendimiento en el país, de cada 10 egresados de diseño de moda 8 tienen como objetivo comenzar un negocio. Sin embargo, un 70 % no logrará mantenerse a flote por más de 3 colecciones, lo que significa que del total de emprendedores solo uno o dos sobrevivirán más de un año en el mercado. Este panorama, que puede parecer desolador, tiene aspectos clave para alcanzar la rentabilidad que a veces pueden ser dejados de lado.

 
El valor de la anticipación
 
Para Jacob Pulido, asesor de marcas y analista de negocios de moda, el principal problema que presentan los diseñadores nacionales para hacer de su marca un negocio es, precisamente, no desarrollarla como tal.

“No proyectan, no planean, no analizan cuánto deben de vender para saber cuánto tienen que producir, entonces se quedan en el camino por esos factores”, expresa Pulido, quien agrega que en ocasiones los diseñadores no pueden responder a la demanda, por lo que ninguna tienda se arriesgaría a ofrecer un producto que no tiene stock suficiente.
 
Para Nayibi Villareal, quien lanzó su marca de moda Nayibi México en 2016 y que ya alcanzó el millón de pesos en facturación, uno de los principales errores es que los diseñadores no saben hacer los cálculos necesarios para que su negocio se mantenga a flote.
 
“Hacen su trabajo por amor al arte pero no saben el valor que lleva su producto. Pocos emprendedores tienen ese conocimiento y sería ideal que las universidades dieran esas bases a los diseñadores a lo largo de la carrera”, resalta Villareal.

 
Una cuestión de precios
 
Una vez el proyecto en marcha, otro de los obstáculos a los que se enfrenta un diseñador es el desconocimiento que tiene el consumidor sobre los precios, ya que no valora en su real dimensión las prendas exclusivas. 
 
“Muchas veces el consumidor mexicano no ve todo el trabajo que hay detrás de una prenda y se dejan ir por el fast fashion, sin tener en cuenta que también somos una fuente de empleo para la comunidad, la ciudad y el país”, manifiesta Ivana García, fundadora de la firma de moda De Loi, lanzada al mercado en 2016.
 
La apertura del mercado mexicano y la competencia desleal del comercio ilegal también representan una constante amenaza para los emprendedores de moda en México. Ellos no pueden competir con los bajos precios que manejan gigantes del retail como H&M, Forever 21 y las marcas del grupo Inditex, además de verse afectados por la piratería que comercializa ilegalmente prendas, calzado y accesorios de grandes marcas a importes irrisorios.

 
Los proveedores y los costos de producción
 
Los diseñadores de indumentaria no suelen tener muchos problemas para encontrar proveedores que les faciliten materiales y textiles de calidad, ya sean nacionales e internacionales, aunque con ello se comprometa el precio del producto final. 

“Por más que uno quisiera que todo el proceso fuera hecho en México, cuando vas creciendo te vas dando cuenta de que en el país todavía falta esta relación de calidad y precio”, explica Galo Bertin, uno de los diseñadores que más fuerza ha cobrado en México en los últimos años y destaca también que en la búsqueda de alternativas ha debido importar textiles e insumos para hacer crecer su negocio y tener unos rangos de utilidad mucho más elevados.
 
Pero no todos tienen el camino sencillo, los diseñadores emergentes de calzado padecen por los tiempos de entrega y el alto costo de los materiales.
 
“En el sector de calzado en México la competencia china nos afecta severamente y para poder competir en el mercado, muchas firmas se han visto en la necesidad de ajustar sus costos de producción y bajar los precios, pero con ello también baja la calidad de los productos”, señala Cecilia Ivonne, de la marca de calzado Cecy Von registrada oficialmente como marca a través del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial hace más de un año.
 
 
El fenómeno de las redes sociales y el e-commerce
 
Además de la venta a través de tiendas multimarca o showrooms propios, las firmas emergentes encuentran en distintos eventos de moda, concursos, pasarelas y pop- up stores, nuevas plataformas de exposición para darse a conocer. Sin embargo, el común denominador entre los diseñadores y emprendedores de moda es el uso de las redes sociales y el comercio electrónico para impulsar la presencia de su firma en el mercado y potenciar sus ventas. Esta es sin duda una ventaja que la nueva ola de diseñadores tiene sobre las generaciones anteriores que debían valerse de sus tiendas físicas y de la publicidad de boca en boca.
 
Las redes sociales son mucho más que un canal de comercialización. Esta herramienta permite a las firmas de moda conocer la opinión de los consumidores sobre un pieza o colección aún sin haber salido a la venta. Los diseñadores descubren con anticipación si un producto puede funcionar, el nivel de demanda que éste puede llegar a generar y pueden ajustar el volumen de su producción gracias a estos datos.
 
Actualmente, Instagram se corona como la red social más importante para los diseñadores y emprendedores de moda nacionales, por encima de Facebook y Twitter, por ser un canal sencillo y directo. En palabras de Carlos Jacobo director creativo y creador de la marca Jacobo sin A, el plus de Instagram sobre otras redes es el vínculo que genera con el cliente y la posibilidad de proyectar el ADN de la marca a través de su estética, un valor agregado que no pasa desapercibido por los diseñadores.
 
Los medios digitales son una gran ayuda para los emprendedores, pero no es lo único para triunfar en la industria. Es necesario ser constante, analizar el mercado, la producción, la competencia y los costos, pero, sobre todo, la clave es entender que la moda va más allá del diseño y que es un negocio que se debe dirigir como cualquier otro.