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El renacimiento glorioso de Courrèges
Ninguna marca francesa está viviendo hoy un renacimiento más enérgico que Courrèges, que en una soleada mañana de miércoles presentó en París un desfile de alta velocidad, sexy e hipermoderno.
Courrèges, conocida como la casa de moda futurista francesa original y más famosa, nunca ha parecido más contemporánea que hoy, ya que Nicolas di Felice despliega su magia con un toque chic y duro.
Además, Di Felice es un gran showman, y esta temporada construyó un preciso cuadrante gris pálido, para luego desencadenar cuatro paredes de vapor, con lo que su elenco salió de una niebla urbana. Un decorado que sorprende aún más por su ubicación, en el interior de una escuela de arquitectura en el V distrito.
"Me inspiré en el teléfono, siempre presente en nuestras vidas", explicó Di Felice, que hizo que las primeras modelos se pasearan por el espacio leyendo textos en sus móviles.
Abrió con abrigos acogedores, sudaderas y chaquetas de cuero, látex, cuadros de lana y el característico plástico charolado de Courrèges. Excepto que todas las piezas estaban cortadas con aberturas verticales, por las que asomaban los brazos, mientras las mangas colgaban. Un gran truco de sastrería, práctico para enviar mensajes de texto. A menudo se combinaban con botas de piel que llegaban hasta la entrepierna.
La colección también supuso un cambio radical, pasando del material fetiche de Courrèges, el plástico acolchado, a tejidos más informales. Lana fresca, pieles elásticas y más ligeras, "tejidos muy informales, rayas diplomáticas y el tipo de materiales que se ven en el metro", subrayó Di Felice.
Añadiendo grandes círculos geométricos, cortados en vestidos cóctel de cuero, elegantes tops y fundas, cantantes Ye Ye para 2023.
También complementó frecuentemente con piezas de joyería circulares, amuletos de cinco pulgadas de diámetro o pendientes de cuatro pulgadas, círculos que también encajaban con el ADN de la marca.
"La O actualizada es ahora como el emblema de nuestra comunidad", añadió Di Felice en una charla entre bastidores tras el desfile.
Antes de transformarse gradualmente en un final casi New Age, con cuero y más drapeados, con elegantes tops semitransparentes y faldas largas con cola. Una serie de minivestidos de cóctel muy bien drapeados, algunos de ellos con grandes letras de marca, mostraron a un diseñador muy seguro de sí mismo en plena forma.
Con los ojos muy abiertos, el elenco se mostró claramente encantado con la ropa de una colección sin un solo look flojo ni una sola nota de mala calidad. Con el apoyo de una banda sonora que comenzó con el parloteo de la hora punta y terminó con una tormentosa remezcla de Backchat de Otherlover, el reparto emergió finalmente de las densas nubes entre inmensos vítores.
"Niebla, pero más una pantalla ahumada como la niebla de una ciudad que la de una discoteca. Así, el público está un segundo muy cerca y el espacio aparente y al siguiente todos desaparecen", sonrió Nicolas.
En efecto, su elenco iba vestido más bien como el propio diseñador, con jeans ajustados, sudadera con capucha y chaqueta de cuero. En una palabra, la colección era tan buena que al final uno quería ver otra media docena de looks.
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