El desfile de Emporio Armani, un alegato a favor de la moda

Giorgio Armani ocupó el aeropuerto de Linate para su último desfile de Emporio, una oda amorosa a Milan, su ciudad adoptiva, con un evento imponente que fue sellado con la actuación de Robbie Williams durante la noche del jueves.

El desfile se titulaba "Boarding", un nombre que se repetía por todo el aeropuerto y en el centro de la ciudad de Milán. Armani ya se había hecho con todos los escaparates de Rinascente, el principal centro comercial de la ciudad, llenando cada uno de ellos con una selección completa de productos Boarding colocados bajo diferentes piezas del fuselaje de un avión.

El enorme logotipo del águila blanca de Emporio Armani colocado sobre el hangar principal del aeropuerto de Linate ha sido un punto de referencia durante un cuarto de siglo, todo un símbolo del estatus de Milán como capital de la moda en Italia. Aunque seguro que esta era la primera vez que alguno de los 2500 invitados entraba al edificio.

En el interior, una pasarela lacada en negro y cuatro zonas sumergidas con cientos de fans que ganaron un concurso de invitaciones Muchos de ellos con camisetas de la colección cápsula Boarding que comenzó a venderse el 13 de septiembre.

En una elaborada puesta en escena, los invitados tuvieron que registrarse para obtener sus billetes en los mostradores de facturación, donde 40 atractivos acompañantes italianos aprobaban las salidas.

En un desfile algo disperso, Armani revisó las distintas etapas de Emporio, probablemente la línea de difusión con más éxito de la historia de cualquier diseñador.

Se concentró mucho en sus históricos "no colores" como el cemento, azul marino desteñido, liquen desgastado y pasta poco cocida. Armani sigue siendo un maestro de la sastrería y sus trajes lánguidamente cortados, los pantalones de lino de espiguilla y los mini blazers sentaban genial a las modelos.

Sin embargo, para la noche profundizó en los tonos pastel neón que caracterizan muchas de las prendas recientes de Emporio. Como los colores del arcoíris tan bello en el cielo. Usando nailon, lentejuelas y plumas para crear una atractiva selección de vestidos de fiesta para mujer.

"Desde que puse mi nombre en este aeropuerto por primera vez quise organizar un desfile aquí. Los aeropuertos son símbolos importantes, representan un mundo sin barreras y en eso es en lo que creo", dijo el diseñador.

Ante todo, se trataba de una declaración de amor de Armani a la ciudad de Milán, a donde llegó por primera vez como estudiante de medicina en 1953. Una pantalla gigante mostraba un avión de pasajeros que despegaba de Linate y sobrevolaba Milán en círculos, mezclado con el logotipo del águila de Emporio; bellas italianas sonrientes y hermosas imágenes nocturnas de la ciudad, destacando el Duomo iluminado en todo su esplendor. Como banda sonora, Louis Armstrong y su “What a Wonderful World”.

Casi parecía un mitin político con pantallas, logos y gradas enormes llenas de simpatizantes entusiastas. Pero al final, Armani salió a saludar de forma modesta y casi en total oscuridad. Apenas se podía distinguir su brillante cabello gris. Los aplausos, en cambio, eran ensordecedores.

A los milaneses les encanta este diseñador. Y tiene sentido. Nadie ha hecho tanto por colocar esta ciudad en el mapa como centro de la moda y el diseño como Giorgio Armani.

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