El consumidor colombiano opta por la marca sobre la calidad

Por:

Tamara Gonzalez Litman

Publicado el
9 jun. 2017

El país cafetero es sinónimo de contrastes y paradigmas. El incremento en los recursos ha generado excesos en el estilo de vida de la población y la influencia americana ha permeado sin duda alguna la cultura nacional. 

Desde hace cerca de una década, Colombia se ha convertido en un gran productor de jeans de exportación.  Prendas en denim de Levis, Diesel, Polo y Aeropostale se confeccionan en el país y viajan a los Estados Unidos, América del sur e incluso Europa con el sello "made in Colombia". 

Estas mismas prendas son además comercializadas con gran éxito al interior del país, al tiempo que marcas locales que cuentan con la misma calidad de tela, manufactura y nivel de diseño, no logran conocer el éxito. 

Según una encuesta, solamente el 30% de la población ha comprado en algún momento de su vida un jean de marca colombiana, mientras el 70% asiente que prefiere ahorrar y comprar marcas internacionales pues confía más en su calidad. Si bien es cierto que los estándares de calidad y confección colombianos son excelentes, las exigencias de las marcas americanas a las maquilas locales son altas, generando en algún punto una diferenciación que se estanca frente al debate de la marca. 

El denim, desde la producción fabril, hasta el producto terminado, es la tercera familia de producto de mayor producción en el país detrás de la ropa interior y las camisetas en algodón. Esta industria factura cerca de 1.7 billones de pesos anuales, con un gasto promedio por prenda de 155.000 pesos colombianos.