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Ana Ibáñez
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23 oct. 2019
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Cartier celebra la imagen renovada de su buque insignia en Londres y presenta a su nueva embajadora

Traducido por
Ana Ibáñez
Publicado el
23 oct. 2019

Cartier celebró este lunes la renovación de su buque insignia de Londres y presentó a su nueva embajadora, Ella Balinska, la nueva protagonista de la nueva entrega de "Los Ángeles de Charlie".


El buque insignia de Bond Street - Foto: Cartier


"Es un gran club de embajadores al cual pertenecer", declaraba con una sonrisa la actriz londinense durante una cena exclusiva celebrada en el hotel Chiltern Firehouse para festejar varios días de actividades de la mano del joyero francés.
 
Balinska, de origen polaco y caribeño, protagoniza junto a Kristen Stewart y Naomi Scott la secuela de este trío fantástico de chicas, que llegará a las pantallas de cine el próximo mes. Se une también a a Kaya Scodelario famosa por sus papeles en "Piratas del Caribe: La venganza de Salazar" y "Skins" como rostro de Cartier, que a pesar de haber sido fundado hace 172 años puede presumir de que casi la mitad de sus clientes son millenials.

La marca de joyería también organizó una serie de charlas organizadas por la editora de moda Caroline Issa, quien entrevistó a figuras como la productora de espectáculos Es Devlin; la modelo Alek Wek y la diseñadora Grace Wales Bonner. Todas estas actividades se han ido desvelando durante lo que la casa ha bautizado como El año de Cartier en Londres.

Ubicada en el 175 de New Bond Street, en un edificio de cinco pisos, la boutique se extiende ahora hacia el oeste hasta Albemarle Street, con una sección especial dedicada a los diamantes.
 
El arquitecto Bruno Moinard dijo que su objetivo era crear, "una mezcla refinada del savoir-faire francés adaptado al espíritu de Londres, intercalada con referencias a la cultura británica". Una sala VIP está terminada en el color verde típico de los coches de carreras británicos; otra llamada Ruby juega con las formas curvas de las barberías de Reino Unido. Una tira de alerce en la sección de relojes imita el cuadro de mandos de un Aston Martin. 


Caroline Issa se encargó de presentar las charlas del Año de Cartier -Foto: Darren Gerrish

 
En la planta baja hay tres salones: iconos de Cartier, perfumes y accesorios. En la segunda planta se encuentra la gama completa de servicios de Cartier y algunas piezas excepcionales, desde pulseras de pantera con incrustaciones de diamantes y esmeraldas en los ojos hasta diseños vintage, como la tiara Halo creada para Begum Andrée Aga Khan en 1934.
 
En el segundo piso también hay un club exclusivo, de 150 metros cuadrados, al que solo se puede acceder mediante invitación y que recibe el nombre de La Résidence, cuenta con un salón y un camarero mixólogo y en él se realizan master class, cenas privadas, exposiciones de fotos y actuaciones, disponible para la semana de la moda, Frieze y Wimbledon. Ya hay más de 100 eventos programados para 2019.
 
Cartier tiene desde 2020  una segunda tienda muy cerca, en el 41 de Old Bond Street, que también cuenta con varias piezas de coleccionistas poco comunes, desde un reloj Tank que perteneció a Fred Astaire hasta una cigarrera plateada que Winston Churchill le regaló a su hijo Randolph.
 
Los vínculos de Cartier con Reino Unido se remontan a hace más de un siglo. La joyería abrió su primera boutique internacional en Londres en 1902, dos años antes de que Francia y Gran Bretaña firmaran la Entente Cordiale, en el número 4 de New Burlington, en Mayfair.
 
Fundada en París en 1847 por Louis-François Cartier, la marca se convirtió en una de las favoritas del Príncipe de Gales, que se convirtió en Eduardo VII a la muerte de su madre, la Reina Victoria, en 1901.


El interior del buque insignia


El propio Eduardo hizo célebre la frase que dice que Cartier, es "el joyero de los reyes y el rey de los joyeros". Todavía hoy, Cartier es el único joyero extranjero que ostenta la distinción de ser proveedor de la Familia Real. La marca se convirtió en la favorita de la aristocracia británica, atraída por su elegante creatividad y el uso de materiales novedosos como el platino.
 
Curiosamente, los vínculos más fuertes de Cartier con el Imperio fueron a través de los indios maharajás. El nieto de los fundadores Louis Cartier, que dirigía la división de Reino Unido, incluso asistió a la coronación de Eduardo como Emperador de la India en 1909, fortaleciendo los vínculos con los principales miembros de la nobleza india que acabarían por convertirse en clientes. Varias habitaciones están adornadas con fotos gigantes de maharajás.
 
La buena comprensión de Jacques de ese gusto británico por la excentricidad fue evidente en la creación de sus broches de escarabajo en 1920, justo cuando la ciudad vivía inmersa en plena egiptomanía. Una tradición que mantuvo su hijo Jean-Jacques Cartier, que creó el famoso reloj Crash en 1967, en pleno apogeo del Swinging Sixties en Londres. La casa también cuenta con un equipo formado por una docena de artesanos, especializados en la colocación de diamantes, en los pisos superiores de su buque insignia de Londres.
 
En 1937, Cartier produjo unas 20 tiaras para la coronación de Jorge VI. El rey también adquirió la tiara Halo, para su prometida, Elizabeth Bowes-Lyon (la futura Reina Madre); que después entregó a su hija mayor, la Reina Isabel II, por su 18 cumpleaños, y que fue utilizada por Kate Middleton en su boda con el Príncipe Guillermo en la Abadía de Westminster en 2013.
 
La historia de amor continuó en el periodo de entreguerras con los Bright Young Things, jóvenes aristócratas como Diana Cooper y Edwina Mountbatten que lucían extravagantes pulseras de diamantes Tutti Frutti con diamantes, esmeraldas, rubíes y zafiros. 


Foto: Cartier


Cartier pertenece desde finales de los años 80 a la familia sudafricana Rupert, parte del grupo de lujo Richemont. Su cartera de marcas incluye Van Cleef & Arpels, Piaget, Baume & Mercier, Azzedine Alaïa, Dunhill, Montblanc, Sulka, Chloé y a varios relojeros estelares, como Jaeger-LeCoultre, IWC y Vacheron Constantin, lo que lo convierte en el tercer conglomerado de lujo más grande del mundo.
 
Cartier siempre ha tenido una presencia destacada en la vida social británica; patrocina desde 1984 los famosos partidos anuales de Cartier Polo; y las carreras de coches clásicos de Goodwood.
 
Para la renovación de su buque insignia, Cartier creó la colección vintage de diseños emblemáticos New Bond Street, que incluye desde los famosos relojes Tank, Pasha y Tonneau a las pulseras Love más vendidas. Y vuelve a lanzar el reloj Crash. Siguiendo un plan de marketing moderno con una unidad en tienda cada mes. Los próximos 23 ya están vendidos.

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