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9 feb. 2014
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Brasileño Ivan Aguilar comparte pasarelas con Lacoste y Hervé Léger en N.York

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EFE
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9 feb. 2014

Nueva York - Conocido en Brasil por su ropa para hombre, el brasileño Iván Aguilar dio el sábado el salto a la mujer y a la Semana de la Moda de Nueva York con una colección abrigada solo hasta la cintura, que compartió créditos con la reivindicación olímpica según Lacoste y las siluetas retocadas de Hervé Léger.

En su primera gran apuesta por lo femenino, Iván Aguilar neutralizó sus ecos brasileños, mezclando el gélido invierno de Nueva York con las faldas cortas para su playera localidad natal, Vitória, y los desplegó sobre un escenario convertido en un pavimento ajedrezado con enormes cuadros blancos en el hotel Hudson de Nueva York.

Sobre ellos se fueron alzando las modelos y así el desfile quedó semiestático: para poder apreciar la sencillez de un vestido perla o la majestuosidad de faldas doradas combinadas con mantones-foulard de lana. Bajo ellos emergen las transparencias a través de camisas cuya única parte opaca son las costuras, el cuello y los puños.

Lacoste o/i 2014-15 | Foto: Pixelformula


Vestidos cortísimos de estructura rígida que casi coquetean con la camisa "oversize" o gabardinas camel de grandes solapas que abren un escote hacia la camisas abotonadas hasta el cuello.

La sensualidad de Aguilera es modesta y los escotes brillan por su ausencia, aunque las piernas estén siempre al aire. El diseñador brasileño firma una mujer que esconde arriba y enseña abajo, hasta el extremo de que diseña abrigos de grandes cuellos que casi ahogan a la modelo, pero que desaparecen recién acabada la cintura.

Y sus colores son casi siempre minerales. Oro, plata y, llegada la noche, domina el azabache.

Hablando de oro y de plata, un día después de la inauguración de los Juegos Olímpicos de invierno de Sochi, Lacoste propuso su propia ceremonia deportiva en las pasarelas del Lincoln Center.

Después de vestir al equipo de Francia con su famoso cocodrilo, la marca siguió dignificando el "look sport" con su propuesta para el próximo otoño/invierno. Un estilo deportivo moderno, sin referencias al erotismo de la cultura clásica.

Mezclando el carácter disciplinado del deporte con la comodidad necesaria para permitir el ejercicio físico, entre la rigidez del uniforme y la flexibilidad del chándal, la colección de la marca francesa se instaló en el cruce entre lo retro y lo futurista y vistió con igual elegancia relajada al hombre y a la mujer.

La elegancia de los campos de golf de la familia Lacoste era el punto de partida de una colección que inició con la monocromía y eligiendo como complemento del momento la mochila "chic", pero que luego se fue abriendo a las rayas que recordaron a las pinturas de Rothko o con estampados sobre color marfil de influencia setentera.

Así, la nueva colección de Lacoste fue un combinado de vuelta a los orígenes como cierre de los fastos de los 80 años de la marca con una decisión firme de seguir mirando al futuro.

Cazadoras que juegan a los volúmenes con la profusión de bolsillos, abrigos abiertos sin botones, cremalleras decorativas, gorros y capuchas pasearon juntos bajo el símbolo del cocodrilo, que apostó por el azul marino, el burdeos, el marrón y, por supuesto, el color del animal y del campo de su deporte favorito: el verde.

Hervé Léger, en cambio, esquivó en todo momento cualquier indicio de informalidad y quiso elevar a la mujer al olimpo de la sofisticación.

Desde la rigidez inicial de un corsé que se diluye hasta los flecos al llegar a la falda, la colección llega a los elegantes vestidos que resaltan la silueta e incluso la perfeccionan y la redibujan jugando con los arreglos de pedrería y lentejuela.

El "glamour" sin desmayos es, sin duda, la vocación de la segunda marca del grupo BCBGMAXAZRIA en desfilar en esta Fashion Week.

Hervé Léger, de perfil más alto que la otra firma en programación bajo las riendas de Max y Lubov Azria, rubricó su pasión por los colores poco llamativos, con especial protagonismo del nude, y su afición a la geometría, convirtiendo algunos de sus vestidos en verdaderos mosaicos no solo entre los materiales, sino jugando también con la piel que libera el diseño "cut out".

Hervé Léger reivindica, entre alguna intrusión de plumas y pieles, a una mujer que es una joya en sí misma, una piedra preciosa a la que viste como quien pule un diamante en bruto, pero a la que no hay que eclipsar con pomposos diseños.

Pero la jornada del sábado alargó sus horarios. Como si fuera un cóctel antes de una cena, Alexander Wang, el diseñador fichado por Balenciaga, colocó su desfile ya entrada la noche. Wang sabe que, en su caso, le han hecho tan famoso tanto sus pasarelas como sus fiestas, así que no faltará en esta Fashion Week un momento para la fiebre del sábado en la noche.

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