¿Lujo latino, lujo real?

Como parte de un proyecto universitario, un grupo de colombianos realizó un estudio privado para lograr una mejor comprensión del lujo local. Con la globalización y el acceso a la información, diseñadores colombianos se están empezando a posicionar en el mundo; pero ¿Qué diferencia al lujo colombiano del europeo?

Dentro de su encuesta, que contó con una muestra de 1.500 personas de estratos 5 y 6, sector A de la economía en Colombia, el 86% de los encuestados asintió preferir comprar prendas de marcas europeas sobre las locales en el caso que hubiese una igualdad de precios. Esta respuesta simple desató la investigación que concluyó en un solo punto: el ‘know how’.

Este ‘know how’, sumado a su trayectoria y la investigación en diseño, son los principales factores que el cliente privilegia en los productos, ante puesto claro está por la estética, el gusto y la calidad de la manufactura, cualidades que permiten a la marca acceder al factor multiplicar del lujo que oscila entre X 5 veces y X 10 veces.

Las prendas de los diseñadores colombianos que han logrado llegar a los mercados europeos se cotizan en precios similares a marcas como Ann Demeulemeester, Haider Akerman y AMI, un portafolio de lujo con precios que recaen en el margen inferior comprados con la concurrencia, pero que en la imagen del consumidor aún pesan más que las marcas latinas.

Cabe recalcar que marcas como M2Malletier, Aquazzura, Esteban Cortázar y Silvia Tcherassi, no fueron incluidas en el estudio pues si bien contienen un sello colombiano, sus productos son manufacturados en Europa bajo los procesos de lujo tradicional y no en Colombia.

En conclusión, el lujo colombiano y muy seguramente el latino, no cuenta con la calidad del lujo global, esto sin desprestigiar la calidad que es de muy buen nivel, así mismo, se reveló que dados los costos de vida y empleo, el nuevo lujo colombiano estaría sobre valuado en comparación a su nivel y su rango en precio.

¿Lujo latino, lujo real?

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