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8 jun. 2018
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La guerra comercial entre Estados Unidos y Europa podría generar deslocalizaciones

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Hernandez Sebastian
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8 jun. 2018

Mientras que Washington introduce nuevas cargas arancelarias sobre el aluminio y el acero canadienses, mexicanos y europeos, la Asociación Americana de Fábricas de Confección (AAFA, por sus siglas en inglés) está preocupada por el daño que las represalias europeas podrían tener en los productos textiles y los trabajos de la industria estadounidense.


Emmanuel Macron y Donald Trump - AFP


Frente a los aranceles estadounidenses, la Unión Europea tiene la intención de aplicar un impuesto del 25% a algunos productos estadounidenses, incluidos los jeans para hombre y mujer, las camisetas, los pantalones cortos y una serie de productos sintéticos y técnicos para actividades deportivas. Además del hecho de que los impuestos fijados por Washington afectarán directamente a los fabricantes estadounidenses de botones y cremalleras, la medida afectaría especialmente a las compañías de California, bastión de la producción de denim.

La industria de Estados Unidos recuerda que una disputa comercial anterior con Europa, hace cinco años, había aumentado el gravamen sobre el denim del 12% al 38%, lo que le costó a las fábricas de Los Ángeles 210 000 euros en seis meses. Esto llevó a que True Religion, 7 for All Mankind, Hudson y muchos otros trasladaran parte de su producción a México. A nivel nacional, el Ministerio de Comercio de los Estados Unidos indica que, el año pasado, Estados Unidos exportó 583 millones de euros en ropa a la Unión Europea, menos que los 608 millones de euros alcanzados en 2014.

"Que quede claro: la ropa y zapatos hechos en Estados Unidos van a sufrir a causa de las acciones de la administración Trump", dice Rick Helfenbein, director ejecutivo de la asociación, que tiene en sus filas a grandes grupos como VF Corp, PVH, Lululemon y Tapestry. "Nuestra capacidad para exportar nuestros productos es esencial para la salud de nuestra industria manufacturera. Esto será en detrimento de nuestras empresas y de los trabajadores estadounidenses. Es importante tener en cuenta que los impuestos (sobre el acero) son un impuesto oculto impuesto a los consumidores estadounidenses. Estos causarán una inflación de precios y socavarán la creación de empleos. Las nuevas barreras no crearán nuevas oportunidades para los estadounidenses".

La oposición de la AAFA a los deseos proteccionistas del presidente Trump no es nueva y se viene expresando desde la campaña presidencial, cuando el candidato anunció que quería finalizar el acuerdo comercial entre Estados Unidos, Canadá y México.

A finales de mayo, la Asociación publicó una carta firmada por más de 60 marcas estadounidenses (incluidas Abercrombie, Kate Spade, Levi Strauss, Macy’s, Nike y Under Armour) que se oponen a los aumento de las cargas arancelarias para las importaciones de textiles y ropa de China. La carta fue una respuesta directa al Consejo Nacional de Organizaciones Textiles (NCTO, por sus siglas en inglés), que ha solicitado al Congreso que los textiles chinos sean incluidos en la lista de productos que Washington está estudiando para un futuro impuesto del 25%. LA AAFA lo considera un impuesto encubierto que se impondrá a los importadores estadounidenses.

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