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Industria textil brasileña pierde más de 100 mil puestos de trabajo en 12 meses
El cierre de fábricas, anuncios de despidos masivos y recortes en las inversiones son algunos de los factores de esta marcada recesión en el país que ha afectado particularmente a la industria textil sumergiéndola en sus dos periodos más difíciles. Según el Sindicato de Industrias de hilado y tejido de Sao Paulo (Sinditextil-SP) la industria del sector ha pérdido más de 100 mil puestos en los últimos 12 meses, de los cuales 16.000 pertenecen al estado de Sao Paulo.
En entrevista en el programa Revista Brasil de la radio de Brasilia el presidente de la entidad, Alfredo Bonduki, explica que la industria textil ha enfrentado numerosos factores negativos que la han marcado en los últimos años.
Por un lado, el dirigente explica que el sector textil nacional tiene una capacidad instalada para hacer frente a los desafíos. Sin embargo, los incentivos ofrecidos por el país son insuficientes. Según Bonduki, la industria textil brasileña es la quinta más grande del mundo, mientras la industria de confección nacional es la cuarta más grande del mundo, además de haber sido en el 2005 una gran generadora de divisas y exportaciones para el Brasil, antes que la balanza comercial se invirtiera.
El presidente comenta que en este período el mundo se ha transformado mucho. China gana cada vez más importancia en las importaciones de textil y prendas de vestir que se realizan en Brasil, debido en gran parte a su política del subsidio a las exportaciones. Esto sin contar los más de 10 años del real valorizado que desaceleraron la competitividad de las empresas brasileñas en el plano internacional.
“Debido a esta coyuntura, la industria textil terminó perdiendo su espacio comercial en el mundo, principalmente frente a los países asiáticos y ahora comienza a sufrir más intensamente los efectos de la recesión en el mercado interno”, explicó Bonduki.
El discurso del dirigente se refiere justamente a este período que podría ser llamado “fondo del pozo”, pues combina todos los aspectos negativos de la coyuntura internacional, con los aspectos locales de una legislación de trabajo estática. Esto afecta la confianza del empleador con una altísima tasa de interés que inhibe la inversión y una política industrial casi inexistente para el sector textil.
“Estos últimos 12 meses Brasil perdió más de 100 mil puestos de trabajo, de los cuales 16 mil se encontraban en Sao Paulo, el sector está sufriendo mucho con la importación descontrolada que genera competencia desleal y con el problema de la demanda, pues el desempleo y la falta de recursos han reducido el consumo interno” reiteró Alfredo Bonduki.
Según el directivo, la industria del sector textil en Brasil cuenta hoy en día con cerca de 35.000 empresas instaladas, responsables por el 85% del consumo nacional y emplea a más de 1.5 millones de personas, además de ser la más importante del mundo en moda de playa y la segunda mayor industria en jersey y tejido de punto.
Con todos estos números positivos y teniendo en cuenta el potencial instalado del país, que cubre todas las etapas de la cadena productiva, desde la plantación de la materia prima (Brasil es el cuarto productor de algodón en el mundo), hasta lograr variaciones como la poliamida, entre otros tejidos, nace la pregunta: ¿por qué la industria no consigue levantar el vuelo?
La respuesta obedece a la voluntad política, de ahí la necesidad de las reformas estructurales que tienen que ser llevadas a cabo por el gobierno central, sin las cuales otros sectores corren el riesgo de deber enfrentar la misma suerte que corren actualmente las empresas textiles y de confección del país.
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