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Ana Ibáñez
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18 feb. 2018
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Christopher Bailey abandona Burberry con un manifiesto LGBTQ

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Ana Ibáñez
Publicado el
18 feb. 2018

Banderas arcoíris en Burberry; Christopher Bailey puso fin a sus 17 años de trayectoria en la casa con una colección llena de los colores del arcoíris y una declaración de apoyo a la comunidad LGBTQ.


Burberry - Fall-Winter2018 - Womenswear - Londres - © PixelFormula


 
Para su despedida, Bailey trasladó el mundo de la moda desde el oeste londinense a los edificios Dimco, y colocó una enorme instalación de luz (cortesía del Museo de Arte Antiguo y Contemporáneo de Australia) que fue adoptando los colores del arcoíris gracias a cientos de rayos de luz.
 
Pudimos ver también los colores del arcoíris en cazadoras de piel acolchadas, sudaderas, chaquetas de nailon y en el enorme abrigo de piel de cordero que lució Cara Delevingne, que se pavoneó al final del desfile con su amiga la supermodelo Edie Campbell. 

El tráfico dejaba atrás el gigantesco Westfield Center y avanzaba hacia el gran almacén, adelantando a los aficionados que salían de un partido de fútbol en el Queens Park Rangers y a cientos de activistas iracundos protestando contra el uso de pieles. Cantaban consignas en contra de la Fashion Week y gritaban e insultaban a todos los invitados.
 
Dentro, el ambiente era sorprendentemente animado, teniendo en cuenta que era la despedida del hombre que convirtió el estampado de cuadros beige, rojo y negro de Burberry en un símbolo de lujo universal. El hombre que hizo que la casa pasara a ser la única marca de lujo británica a nivel global.
 
Era inevitable encontrar cuadros con los colores del arcoíris; junto a versiones más vanguardistas de las ahora clásicas ideas de Bailey para la casa: desde vestidos de encaje y piel de cordero con grafiti, a abrigos de rizo de colores y chaquetas de aviador tipo bomber acortadas. También hubo estampados barrocos de tipo inglés que curiosamente recordaban a los de Versace, utilizados en cazadoras urbanas.
 
"Una empresa tiene que reflejar su cultura. Y nosotros, como empresa, siempre hemos dedicado muchos esfuerzos a la filantropía. Pero quería algo que pasase más desapercibido. Yo llevo muchos, muchos años defendiendo y apoyando a la comunidad LGBTQ, pero de forma más silenciosa. Así que quería hacer algo que dejara huella; una empresa grande como la nuestra manifestando que defiende algo", explicó Bailey a FashionNetwork.com
 
"Quería que este desfile fuese un reflejo del presente y pasado de Burberry y también de mi emoción por ver lo que el futuro tiene reservado para Burberry. Porque la próxima persona que tenga el privilegio de entrar en Burberry y ocupar mi lugar será una persona increíblemente afortunada, sé que juntos harán cosas maravillosas y que Burberry crecerá con fuerza", exclamaba Bailey tras posar con Naomi Campbell y Kate Moss.
 
Tras trabajar con Donna Karan y Gucci, Bailey llegó a Burberry como director de diseño en 2001, convirtiéndose en director general creativo tres años más tarde.
No dejará la casa por completo hasta diciembre de este año,  cuando renuncie a su puesto de presidente creativo, asumido en mayo de 2014 tras la salida de la entonces CEO Angela Ahrendts. Durante tres años, Bailey fue CEO y director general creativo, aunque abandonó el primer cargo con la entrada de Marco Gobbetti de Céline como CEO el pasado verano.
 
Gobbetti no ha querido confirmar cuándo anunciará quién será el sucesor de Bailey. 
 
"Diré algo cuando esté preparado. Lo prometo. ¿De acuerdo? Lo que quiero que la gente recuerde de hoy es el increíble trabajo que ha hecho Christopher Tiene un talento enorme que ha aportado grandes cosas a Burberry, a la moda y a Londres. Eso no se olvidará nunca":
 
Al preguntarle sobre sus planes, Bailey respondía: "Quiero tener un periodo de reflexión. Hay muchas cosas que tener en cuenta, y no voy a comprometerme con nada ahora mismo. Solo estoy escuchando".
 
Es muy pronto para que este hombre de Yorkshire de 46 años considere retirarse por completo.
Bailey, casado con el actor es el único ejecutivo abiertamente gay entre las empresas del FTSE 100. Concluye su reinado con la encantadora modestia por la que siempre se ha caracterizado. En comparación con otras despedidas; como la de Tom Ford en Gucci, Raf Simons en Christian Dior o Valentino en su propia casa, está estuvo lejos de tener un carácter triste.
 
Al ritmo de Don’t Leave me this Way de Jimmy Somerville, hizo un largo paseíllo ante un público formado por 1500 personas que aplaudía de pie, deteniéndose únicamente para besar a Woods en los labios.
 
"Creo que le debo a este público un gran respeto y admiración. Es una industria a la que amo con pasión y me siento muy privilegiado de haber sido aceptado y acogido en ella desde una edad muy temprana", sonrío Bailey casi con timidez.
 

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